En el último cigarrillo de la noche, me he puesto a pensar en aquel viaje que hicimos a una hermosa laguna del sur.
En ese entonces me mantenía mucho más vigoroso y alegre que en mi actual rastrera existencia...
Ella me miraba mientras nadaba por la laguna, y yo hacía mi mejor esfuerzo por demostrar mi valía como experimentado nadador, lo cual siempre conseguía una sonrisa de sus labios de miel.
Por las tardes solíamos consentirnos mutuamente; un cafe y la compañía del tabaco y el amor se fusionaban con esas puestas de sol que jamás olvidaré. Nunca mi vida fue tan feliz.
Al terminar el día, los tragos y la música nos llevaban a una dimensión alternativa, de la cual solo retornábamos al levantarnos de la cama por la mañana.
Ella me esperaba frente a la chimenea, con esas tostadas deliciosas que siempre me regalaba. Sin darnos cuenta, estabamos enamorados.
El regreso a la ciudad siempre ocurría varios días después de lo pensado, pero no nos importaba, el uno al otro sabíamos que nunca importaría, mientras estuviésemos juntos...
Cómo pasa el tiempo, ya terminé mi café y mis cigarrillos, estoy atrasado y tengo que ir a dejarle sus flores.
No todos los días se está de aniversario, pero siempre hay tiempo para recordar a la mujer que más he amado en esta vida, y la que más me amó en la suya.
Dai ~*
